A primera hora de la mañana del jueves me pasa la noticia el amigo García Gondar, que se las sabe todas apenas han ocurrido.
La reacción espontánea en mi interior fue: No me sorprende, vistos los intensos trabajos en los que está siempre el Sr. Arzobispo.
Si Uds. Visitan la página web del arzobispado verán que no hay acontecimiento de la Iglesia universal o diocesana, en el que D. Julián no esté animando, explayando a sus diocesanos.
Además de su presencia en actos para los que fue invitado. O él mismo desea hacerse presente como en los funerales de los sacerdotes.
Hace unos seis años también el Sr. Arzobispo estuvo en el CHUS. Estábamos los sacerdotes en la Catedral y él nos dirigió un mensaje en el que decía unas palabras tan bellas como exactas:
-“Hoy, para mí, el hospital es la Catedral”. Efectivamente, la Catedral recibe su nombre de la cátedra que allí tiene el prelado diocesano.
En estos días pasados el Sr. Arzobispo dirigió el Retiro de Cuaresma al clero. En un párrafo breve describe la situación del mundo actual. Nos podía parecer a los que vivimos en niveles comunes de la sociedad, que los que se mueven en ambientes “altos” no perciben la realidad.
Vean lo certero de este resumen que hace Barrio Barrio:
“Necesitamos un discernimiento sereno sobre los signos de los tiempos en el momento presente de la Iglesia: Observamos un creciente distanciamiento de las personas respecto de la Iglesia; mucha gente no entiende para qué existe la Iglesia institución y la crítica no cesa; la no participación en la vida sacramental; cada vez se nota más desconocimiento religioso y el nivel de los acuíferos de la fe está bajo; falta identificación entre los agentes pastorales y los auténticos fines de la Iglesia; temas marginales se superponen a las cuestiones nucleares de la fe y oscurecen el Evangelio…, … existe una crisis de fe de hondo calado…, … la mundanidad está haciendo mella en nosotros”.
Con sinceridad y claridad habla así nuestro prelado. Su diagnóstico es, a mi pobre parecer, acertado. Todo, para aplicar los remedios que la caridad pastoral nos exige.
D. Julián Barrio es el arzobispo que más tiempo dirigió la diócesis, después del cardenal Martín de Herrera (+ 1.922). Recibe a los peregrinos en la Catedral y les habla en el idioma europeo que les es propio; diserta sobre el medievo europeo exponiendo la repercusión de lo jacobeo en aquel tiempo; profundiza en la enseñanza de un teólogo tridentino como fue Melchor Cano; canta el prefacio de la Misa con total sujeción a la música del Misal…
Sirva este florilegio para reconocer la valía del arzobispo compostelano. D. Julián brilla con luz propia en la gloriosa sucesión de arzobispos de Santiago.
Hacemos votos por su total y pronta recuperación.