Fue toda Galicia, y especialmente Bergantiños, tierra de emigrantes. Para Cuba, Argentina, Uruguay, Venezuela. Quizás fue Montevideo el destino de la mayor parte de los nuestros.
La emigración produjo muchas rupturas familiares. Testigos son los puertos de A Coruña y Vigo, donde tantas lágrimas se derramaron en las despedidas.
Es la cara dura de la emigración. La cara amable sería reconocer las muchas aportaciones que los emigrantes han hecho a Galicia. En lo escolar, en lo cultural, religioso, muchas plazas y atrios de nuestras villas y aldeas ofrecen monumentos, bustos, lápidas con textos que reconocen la obra de los emigrantes por la patria que dejaron pero no olvidaron.
Allá, en su nueva patria, los gallegos supieron unirse. Ahí están los Centros Gallegos de la Habana, de Buenos Aires… y muchos otros para comarcas y provincias. Procuraban la atención laboral, cultural, sanitaria de los afiliados. Revistas, historias de Galicia como la de M. Puente dirigida por Otero Pedrayo,las obras y discursos de Castelao y otros más nacieron en ese ambiente del recuerdo a la patria del nacimiento.
Muchos gallegos allá fundaron familia, allí fallecieron. Dejaron lo importante de su laboriosidad, de su capacidad para crear empresas y puestos de trabajo.
En Chacarita, el magno camposanto de Buenos Aires, erigieron el panteón de los gallegos ilustres. Un monumento, obra de Asorey, en estilo románico historicista, donde reposó Castelao bastantes años.
Las circunstancias políticas mutaron. Aquellas repúblicas de tantos recursos naturales, quizás por incompetentes administradores dirigidas, no tienen la prosperidad de antaño.
Hoy recibimos inmigrantes de allá en Bergantiños. Merecen el acogimiento que un día fue dispensado a los nuestros. Pero de la unión, dicen, sale la fuerza. Desperdigados, poco podremos alcanzar.
Una asociación rigurosa, bien dirigida podrá ser ayuda a los latinos inmigrantes acá. Ciertamente, los tiempos son difíciles para todos. También España, Galicia, no son lo que eran años atrás. Pero, en cuanto pudiera ser, los aquí llegados merecen el apoyo particular y oficial que pueda dispensárseles